El patriarcado interno es mucho peor que el de afuera.
Me encanta que una mujer tan linda como Violeta Parra tenga -a través de un gesto como el de hoy en el metro- el reconocimiento que se merece.
Me gusta que luchemos para que nuestro valor sea reconocido y las injusticias queden en el pasado.
Me alivia ver como nos cuidamos unas a otras. Me fascina que tengamos nuestra propia fraternidad. Y que no sean sólo los “Fray” los que se abracen, si no también nosotras. Las “sor”. (¿Quién se enteró recién que de ahí viene el término?) #sororidad
Aplaudo a las mujeres que están luchando para que todo eso que tenemos para entregar sea al fin puesto en alto.
Y aprovecho este impulso para recordar que así como es adentro, es afuera.
Que el patriarcado no existe solamente porque a un líder machista se le ocurrió oprimir a las mujeres, sino porque todos -hembras y machos- estamos acostumbrados a oprimir la energía femenina que llevamos dentro.
Porque valoramos lo visible, lo comprobado, lo científico, lo cuantificable. Ninguneamos las cosmovisiones ancestrales.
Creemos que los mitos son historias bonitas, cuando en realidad son una fuente de conocimiento invaluable. Y tuvimos que esperar que un estudio de Harvard dijera que la meditación nos trae beneficios para que se pusiera de moda (bajo el nombre de Mindfulness).
Creemos que las emociones son un estorbo, cuando en realidad son el mejor sensor del que podemos haber sido dotadas.
Ridiculizamos nuestros propios ciclos. Permitimos que se diga que las mujeres se ponen mañosas cuando sangran. La ciclicidad de la mujer es una de las formas más lindas que encontró la naturaleza para regalarnos sabiduría. La sensibilidad de la que muchos ridiculizan (y está tanto en las mujeres como en los hombres) es la que nos permite leer entre líneas. Percibir lo que otros no ven y saber dónde está lo importante.
Creemos que para ser valoradas tenemos que ser igual a los hombres.
Y es al revés la cosa.
Ojalá que todos, hombres y mujeres, seamos capaces de lograr que nuestra energía masculina y nuestra energía femenina se abracen.
Porque todos tenemos algo importante que decir.
Y el mundo necesita que mensajes como el que quiso transmitirnos Violeta Parra estén al fin en lo alto.
Me encantó! La Violeta es una gran referente :) y qué cierto lo de aprender a abrazar ambas energías, masculina y femenina. Ese es el futuro. Gracias Pepa!